De entre todos los productos que son típicos de nuestra tierra, hay uno que podríamos decir que es especial y que hace de España una potencia mundial. Hablamos del vino, una de las grandes referencias gastronómicas de nuestro país y uno de esos productos que más exporta la manera de trabajar y la calidad que tenemos aquí. No en vano, los vinos españoles se consumen en países tan dispares como lo son Estados Unidos o China, con los consecuentes beneficios que se generan en ese sentido para las empresas de nuestro país.
España compite de tú a tú con otros dos grandes países en lo que tiene que ver con la producción de vino. Hablamos de Francia y de Italia. Ambos siempre han sido una referencia en este sentido, pero lo cierto es que España es uno de los que mejor está haciendo las cosas en este sentido porque no solo cubrimos todo nuestro consumo sino que, además, exportamos más que los franceses y que los italianos. Por eso se puede decir que nuestro sector es mucho más rentable y tiene un margen de crecimiento más grande que el que pueden tener en esos dos países.
Con todos estos mimbres, no es de extrañar que nuestro país sea la sede de diferentes conferencias y ferias relacionadas con el vino. Un buen ejemplo de ello fue el Congreso Mundial del Vino, del que España fue sede en este año y al que asistieron personas relacionadas con el sector y con el negocio del vino. Está claro que España tiene mucho que decir en lo que tiene que ver con el vino y que va a seguir siendo una referencia mundial en este campo. No es para menos. Es un motivo de orgullo para toda la gente que se dedica de manera profesional a ello.
El vino es siempre uno de los productos de los que se habla largo y tendido en España porque es uno de los que genera más puestos de trabajo y más buenas noticias. Su popularidad está fuera de toda duda y cada vez son más las zonas de producción en las que se hacen bien las cosas. Uno de los mejores ejemplos ha sido la zona de Jumilla, en Murcia. En Delampa, una bodega de producción sostenible en Jumilla, manifiestan que el éxito de los vinos de esta zona se debe al enorme cuidado con el que se trabaja en dicha tierra, la mejora de la tecnología y la relevancia que se le ha otorgado al producto a través de las redes sociales. Y es que todo cuenta a la hora de elevar el nivel de calidad e imagen de un producto.
Cuando se hacen bien las cosas, es mucho más fácil que la rentabilidad sea mucho más fácil de conseguir. Cuando se trabaja un producto con mimo, cuando se le publicita en los canales más óptimos y cuando se elabora teniendo en cuenta las preferencias y los gustos de la gente, lo normal es acertar. Y eso es lo que viene pasando de manera habitual con todos esos negocios que tienen que ver, de alguna manera, con la producción de vino en el interior de nuestras fronteras.
Un consumo que se mantiene en el interior de nuestras fronteras
El consumo de vino en España es más o menos estable. Así lo manifiestan los datos que recogió en su día el portal web Statista y que comprenden el consumo medio por persona y año desde 2013 hasta 2021. El valor más bajo en esa serie fue de 7’7 litros, mientras que el más alto fue de 9’4. Hay años mejores y peores, como en todos los negocios, pero la estabilidad es máxima en este tipo de sectores.
Como es lógico, esa estabilidad contribuye de una manera sustancial a que el comercio se estabilice y que haya opciones de crecimiento. Cuando hay incertidumbre es cuando las cosas no salen bien y lo cierto es que, aunque hemos pasado por momentos así en los últimos años a causa de la llegada de la pandemia, el mercado del vino no ha sufrido lo más mínimo teniendo en cuenta que sus ventas no han decrecido por culpa del coronavirus, al igual que ha sucedido con el resto del sector de la alimentación en España y en el mundo entero.
Estamos seguros de que van a seguir llegando buenas noticias en lo que tiene que ver con el vino español en los próximos años. Como hemos venido indicando, se están haciendo bien muchas cosas en este sentido y la verdad es que eso solo nos puede conducir a seguir generando buenos ingresos en el mercado interior además de seguir reforzando las exportaciones. De la mano de ambas cosas, es evidente que las posibilidades de éxito se multiplican por mucho.