Si hace 30 años hubiésemos preguntado a cualquier gestor o directivo de un negocio, con independencia del sector al que se dedicase, cómo creía que iba a ser su empresa en pleno 2018, es bastante probable que no hubiera dado en el blanco. Las cosas, efectivamente, han cambiado una auténtica barbaridad desde 1990 hasta la actualidad. Y lo han hecho en todos los sentidos que están relacionados con la empresa y el mundo del negocio en general. Quien viviera en 1990 y ya estuviera relacionado con la empresa sabrá de primera mano todo lo que ha venido cambiando con el paso de los años y la llegada de más y más avances sociales y tecnológicos.
Entre esos avances tecnológicos destaca el que viene asociado a la informática, sin lugar a dudas un aspecto de la tecnología que mejor define y que mejor representa cómo ha cambiado la manera de trabajar en las últimas décadas. Aunque en 1990 eran pocos los que sabían lidiar con ella y aprovechar sus ventajas (que por entonces, como es evidente, no suponían ni el 1% de las ventajas de hoy), ahora ya es una condición indispensable para cualquier persona, empleado o directivo, tener ciertas habilidades en este ámbito.
Ninguna empresa que se precie puede subsistir si no está conectada a Internet o si no tiene en su poder elementos o programas informáticos de la última generación. Este factor puede desnivelar la balanza a favor de nuestra competencia, algo que sin lugar a dudas dejará a nuestro negocio en la peor posición en la que puede quedar: en la del ostracismo absoluto, un ostracismo que la convierte en invisible a ojos del resto y que deja a todos sus empleados, con muchas posibilidades, en la cola del paro.
Lo que acabamos de comentar refleja de manera inequívoca una cosa: el que tiene la mejor tecnología, las mejores aplicaciones informáticas y la mejor conexión a Internet es el que gana, aunque en muchas ocasiones no sea capaz de proveer un producto mejor que su competidor. Ahí está el verdadero valor de convertirse en una empresa que apueste por el conjunto de ventajas que el recién nacido mundo digital es capaz de proveer. Esas ventajas las resume a la perfección una entidad como E-ingenia, encargada de ofrecer todo tipo de servicios informáticos: son las derivadas de tener un servidor potente, la capacidad de virtualizarse y disponer de las mejores soluciones en materia de conectividad. De la mano de esas tres únicas ventajas mucho. Y dejamos de perder mucho también.
Muchas personas han intentado, por sí mismas, formarse en lo referido a un sector como el de la informática. No obstante, no es lo recomendable. Ni tampoco depositar en ellas la confianza en lo que se refiere a tratar de modernizar las capacidades informáticas de una oficina o de un negocio. El sector es terriblemente complicado y comprenderlo sólo está al alcance de algunos. Formarse haciendo algún tipo de curso o incluso una carrera es elemental en este sentido.
Sólo de la mano de los mejores profesionales puede conseguirse ese servicio tan moderno y que hace de la informática algo tan útil para una empresa. Lo demás son medias tintas. Si nos dedicamos profesionalmente a una actividad, lo lógico es que confiemos en otra clase de profesionales para lograr ventajas competitivas con respecto a los negocios de la competencia. Lo contrario, por regla general, no conduce a un buen puerto.
El futuro demandará todavía más
Dentro de unos años, la informática y la tecnología que conocemos hoy en día se habrán quedado viejas. Es posible que eso ocurra incluso dentro de un año… o menos. La mejor manera de estar preparados para ese nuevo salto que sin duda llegará es permanecer actualizados a día de hoy. De lo contrario, en vez de dar un salto tendremos que dar dos. Y eso, para la empresa y para todos aquellos que la componen, es un cambio demasiado grande como para mantener valores como la eficacia o la eficiencia desde el primer momento.
El futuro se presenta difícil en materia de competencia entre empresas. Especialmente para aquellas que tengan un tamaño mediano o pequeño, principalmente porque las grandes compañías tienen a monopolizarlo todo. Para esas pymes, apostar por la informática es un valor que puede hacerles pervivir en el tiempo.