Cuando le preguntas a alguien ajeno a este mundillo sobre el óptimo funcionamiento de una empresa jamás hablan de la logística, suelen hablar de la atención al cliente, de la calidad del producto y/o servicio e incluso de lo informatizada o actualizada que esté la compañía, pero en la logística nadie piensa, cuando la realidad es que es uno de los pilares de cualquier empresa.
Pensad en una gran superficie tipo Carrefour, Al Campo, Leroy Merlín… da igual el sector al que pertenezca, porque en todos los casos, si la logística falla, la empresa entera se va a pique.
Diciembre, en medio de toda la vorágine de las compras navideñas en una juguetería inmensa, todos los pasillos están hasta los topes, a reventar de gente, de padres locos buscando los juguetes que sus hijos han pedido para los Reyes Magos o Papá Noel, y en medio de todo ese follón se cae el sistema informático de la tienda. Ya nadie sabe dónde está almacenado nada, ni cuántas unidades quedan de cada producto, y a pesar de que la mitad de los empleados se han puesto a inventariar el almacén, los clientes se amontonan en las cajas demandando productos que no encuentran expuestos en los pasillos. Un desastre total, y por muy buena atención de que disponga la tienda, o por muy buen producto que tengan, os puedo asegurar que el 70% de los clientes se irán en busca del juguete a otra tienda si los empelados tardan demasiado en localizarlo en el almacén.
Gran parte del éxito o el fracaso de una tienda es consecuencia de la buena o mala logística que tenga y eso es algo que cualquier empresario sabe. Por eso son miles las empresas que se dedican a ofrecer servicios especializados en este tipo de actividad: Stock Alpha, Rielec, Eulen, etc.
Gracias a los nuevos sistemas de almacenaje y localización como los RDIF (identificación por radiofrecuencia) ahora es todo mucho más sencillo, pero con este tipo de logística, tan informatizada, corremos el riesgo de tener algún que otro imprevisto por culpa de sobrecarga en la red e incluso por culpa de un apagón de luz. Por eso nunca está de más combinar los adelantos más innovadores con el sistema más tradicional de almacenaje: los contenedores metálicos.
Sistemas tradicionales
Los sistemas de contenedores metálicos permiten el transporte de los productos, así como su almacenaje con un orden lógico que permite localizar aquello que estamos buscando en tiempo récord pero, para que esto funcione, tenemos que tener previamente un mapa impreso a modo de localizador. Pensad en una nave industrial gigante llena de productos en palets, estantes y contenedores metálicos, por muy organizados que los tengamos es inviable localizar algo ahí sin un mapa previo, pero si lo tenemos y sabemos que los productos metálicos están ordenador de la A la Z en el pasillo 3 todo será coser y cantar.
En cuanto a la fabricación de estos productos destaca Sumal, una empresa barcelonesa fundada en 1989 conocida a nivel internacional por su amplia gama de roll containers. Gracias a estos contenedores podemos mover, localizar e inventariar gran cantidad de productos en almacenes sin demasiado esfuerzo, pues sus ruedas permiten el transporte sin necesidad de que el empleado cargue nada en peso.
Pueden parecer herramientas demasiado básicas e incluso ancladas en el pasado pero la realidad es que funcionan, proporcionan la funcionalidad para la que están pensadas y facilitan el trabajo al empleado. Y es que, en mi opinión, para no entrar en pánico cuando algo falle, debemos ser capaces de manejar más de una herramienta y, en este caso como en muchos otros, hablamos de herramientas más modernas e informatizadas y de herramientas más analógicas. El saber no ocupa lugar, y conocer ambos tipos de trabajo puede solucionar más de una papeleta.