Moda ecológica: el auge de la ropa sostenible

Es innegable que lo ‘verde’ está de moda y las empresas de la industria textil no son ajenas a este ‘boom’ por los productos sustentables; por lo que cada vez son más las vitrinas que exponen sus nuevos modelos sostenibles

Por supuesto, la tendencia en productos y estrategias de marketing sostenible responde al auge cada vez más creciente de consumidores que se preocupan porque los productos que obtienen sean responsables con el medio ambiente y estén elaborados con estándares éticos, así sea a través de pequeños pasos como el lanzamiento de colecciones cápsula, o mucho mejor si ya se apunta a toda una estrategia empresarial eco-friendly.

En opinión de Marina Lópezpresidenta de la Asociación de Moda Sostenible de España (Amse), que aglutina a 130 marcas, «hay empresas como las que forman parte de la asociación que realmente están comprometidas con la sostenibilidad, pero hay otras que realmente no son sostenibles y que se están subiendo al carro o bien por marketing o para conseguir las ayudas que da la Unión Europa para avanzar en digitalización y sostenibilidad».

Sin embargo, aunque esta industria está en auge, aún se está encontrado con ciertos obstáculos en su ascenso. Por ejemplo, no todos los negocios que se autodenominan sostenibles en verdad lo son:

Para que una prensa sea sostenible debe cumplir al menos estos tres criterios: que se emplee un tejido orgánico o reciclado, que se fabrique en España o si es en Asia se haga cumpliendo unos determinados estándares en las condiciones laborales y que no se produzca más de lo que se vende

En cuanto a esto, López también explica: «Muchas grandes cadenas venden ropa como sostenible, pero realmente no lo es. Fabrican en Asia sin cumplir con unas condiciones laborales óptimas o producen prendas cada 15 días… Eso no es sostenible de ninguna manera. La ropa que compramos y no usamos y la que se fabrica y no se vende acaba como residuo textil con el que no se hace nada».

Además, aunque cada vez hay más empresas que cumplen los criterios de la moda sostenible en España, aún estamos lejos de países como Alemania, Francia, Países Bajos, Reino Unido.. donde las prendas ecológicas cuentan con un gran número de fieles. Y es que el 64,1% de franceses, alemanes, italianos e ingleses asegura que les gustaría comprar artículos hechos con materiales eco, de los cuales el 30,1% afirma estar dispuesto a gastar más en ellos, según un estudio de la cátedra de Première Vision en el Institut Français de La Mode.

Moda de usar y tirar

Conscientes de estos cambios en los hábitos de los consumidores, en los últimos años se han venido sumando a la tendencia, incluso las marcas y cadenas más reconocidas del mundo de la moda, cada una con sus propias colecciones sostenibles.

Por ejemplo, diseñadores de la talla de Giorgio Armani han alzado la voz y han pedido que la industria de la moda deje de fomentar el ‘fast-fashion’ o la moda rápida, poniendo en las tiendas prendas nuevas a bajo coste cada semana que terminan, en su gran mayoría, en los vertederos. El italiano cuestionó hace unos meses en una carta en la revista estadounidense Women’s Wear Daily los excesos del actual sistema de  la moda, el cual se ha basado en el consumo masivo y la superproducción, sin atender al medioambiente. «Yo no quiero trabajar así, me parece inmoral».

En opinión de Carolina Álvarez-Ossorioresponsable de marketing y comunicación de Ecoalf, una de las marcas pioneras de la moda sostenible en España «de nada sirve lanzar colecciones cápsula si luego sigues fomentando el consumismo salvaje como sucede con el Black Friday. Por eso, nosotros hacemos campañas contra el Black Friday. No se puede pretender ser sostenible sacando prendas cada semana. De esta manera, sólo se alimenta al cliente a seguir consumiendo desmesuradamente. Eso no es un compromiso real sino marketing».

De hecho, en los últimos 15 años, la producción de ropa en el mundo se ha duplicado, según la fundación Ellen McArthur, al tiempo que disminuía su calidad y precioAsí, se habían estado consumiendo pantalones, camisas, chaquetas y faldas con una vida útil muy corta, para luego ser desechada sin miramientos. Tanto así que los datos que maneja esta fundación arrojaron que el comprador promedio utiliza de 7 a 10 veces una prenda antes de desecharla o abandonarla en el fondo del armario; y cada año se compran en el mundo 80.000 millones de artículos.

Reciclaje poco desarrollado

Otro aspecto preocupante es que la industria de la moda produce anualmente entre 4 000 y 5 000 millones de toneladas de CO, lo que representa entre el 8 % y el 10 % de las emisiones globales de este gas. Además, su consumo de agua es uno de los más alarmantes, con unos 7.900.000 metros cúbicos anuales y es responsable del 20% de la contaminación industrial de agua, debido a las actividades de tratamiento textil y de tintado; esto según los datos publicados en la revista Nature Reviews Earth & Environment en 2020. Es decir, que para producir tan sólo un par de jeans, se usan más de 7.500 litros de agua.

Todo esto sin contar que no se practica el reciclaje del residuo textil tanto como se debería. Según los datos recabados por Circular Fibres Initiative, menos de un 1% del material que se emplea en la fabricación de ropa a nivel mundial se recicla y se usa para confeccionar nuevas prendas.

Esto en parte se debe mucho a que no acostumbramos a separar los residuos textiles del resto de los deshechos, por lo que más de un 85% de los productos textiles desechados por los consumidores acaba en vertederos o incinerados, causando aún más contaminación.

Lo bueno es que ya se está hablando del tema y en el caso de la Unión Europea, comenzará a obligar a la separación de residuos textiles a partir de 2025, obligando a su vez a todas las empresas textiles a fabricar sus productos con materiales reciclados o que permitan su reciclaje.

Pequeños pasos de grandes cadenas

Lo bueno es que en vista de toda la problemática de la industria, Alber Confecciones, fabricantes expertos en moda con más de 60 años de experiencia, nos comentan que ya son muchas las marcas, grandes y pequeñas, que ya han comenzado a dar pasos para cumplir con los estándares exigidos por la UE, poniendo a  la venta diversas colecciones sostenibles y cambiando el mundo textil tradicional para mejor.

De hecho, ya hay cadenas que fabrican sus prendas con un 64,5% de materiales reciclados, orgánicos u obtenidos de una manera más sostenible, de forma que de aquí al 2030 se logre que  el 100% de los materiales con los que se trabaja en el proceso de creación de las prendas sean reciclados o provengan de otras fuentes sostenibles.

Sin embargo,  no todos los intentos son proyectados a futuro, el año pasado más del 35% de las prendas de algunas marcas fueron Join Life, un distintivo con el que se reconoce a aquéllas que destacan en materia de sostenibilidad de materiales y procesos. Incluso, se llevaron a cabo programas de recogida de prendas usadas para aportarles una segunda vida o asegurar su reciclaje.

En cuanto a los materiales utilizados, se está comenzando a apostar cada vez más por el uso del algodón eco, además del aumento de la proporción de otras fibras sostenibles en las actividades de  producción, como por ejemplo el poliéster reciclado y las fibras celulósicas de origen controlado.

100% sostenibles

Así, ahora podemos encontrar en el mercado marcas que se han dado a la tarea de confeccionar variedad en calzado ecológico, mochilas, carteras y bolsos, hechos, por ejemplo, con plástico recuperado del mar, cuero vegano, corcho y textil reciclado y fabricados artesanalmente en España. Incluso, para hacer su oferta más llamativa y que cada vez más consumidores se interesen por este tipo de moda tan amigable con el medio ambiente, algunas marcas permiten que el cliente pueda personalizar su pedido hasta el máximo detalle y recibirlo en su casa en pocos días. Según algunos voceros de la tendencia: «Vendemos una experiencia más que una zapatilla, una prenda de vestir o un accesorio. Además, nuestro principal pilar es fabricar sólo lo necesario. Por eso, sólo fabricamos aquellos pedidos que recibimos, es decir, no tenemos stock. De esta manera, evitamos excedentes de productos que en sí generan más residuos contaminantes”.

Igualmente, marcas y consumidores deben seguir en constante investigación y aprendizaje sobre nuevos tejidos y formas de fabricación más sostenibles que permitan disfrutar de la moda de una forma más consciente, pero sin perder la esencia de expresarnos a nosotros mismos y nuestra personalidad a través de lo que vestimos.

Y es que los más involucrados en la tendencia responde a una sola voz:

Estamos en un momento muy crítico, la industria de la moda es la segunda más contaminante, por eso, tenemos una responsabilidad que va más allá del mero negocio. Hay que concienciar a la gente para que entienda cuál es el impacto detrás de una prenda. Hay que buscar un equilibrio entre nuestras necesidades presentes y futuras y la salud del planeta.

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