Reciclar mascarillas

Aunque el Covid parece estar bajo control, el uso de las mascarillas sigue presente en nuestro día a día. Muchas personas, han optado por mantener un uso habitual de este artículo que aun es de uso obligado en algunos lugares, como los hospitales.

Utilizar o no mascarillas es, hoy por hoy, una elección personal. Lejos de la imposición en la que se convirtió su uso hace ya más de dos años, ahora se trata de una decisión propia.

Lo que no debería ser una elección es la forma de desechar este artículo. Encontrarse mascarillas por el suelo, aunque ya no de manera tan exagerada, sigue siendo algo fácil de ver en las calles.

En Chiwawap, expertos en productos desechables como las mascarillas, nos han explicado cómo debemos deshacernos de ellas de manera sostenible. Para no causar gran impacto en el medio ambiente, tan dañado ya por la mano del hombre.

Las mascarillas no son un invento moderno creado en exclusiva para combatir el Covid. Nacieron con la finalidad de proteger al ser humano de inhalaciones que pueden resultar peligrosas para el organismo como pueden ser el humo, vapores de gases tóxicos, bacterias o microorganismos varios, etc. Ofrece una doble protección, pues como ya todos conocemos de sobra, las personas que puedan transmitir o adquirir, alguna enfermedad por las vías respiratorias minimiza el riesgo.

Como también hemos aprendido tras la pandemia, existen varios tipos de mascarilla que podemos utilizar: higiénicas, quirúrgicas, ffp2 y ffp3, caseras y reutilizables. Cada una de ellas con sus particulares niveles de protección.

Una segunda vida para las mascarillas

Dado el alto nivel de consumo que se ha hecho en los últimos años de las mascarillas, es lógico preguntarse que ocurre con ellas cuando terminan su vida útil. Como deshacerse de ellas correctamente es una asignatura pendiente para muchos ciudadanos.

De entre todas las mascarillas, la N95 es la única que puede desecharse en condiciones normales, no tienen que ser descontaminadas ni reutilizadas, pese a que la falta de equipos de protección a inicios de la pandemia, desemboco en una investigación para su desinfección y posterior reutilización con peróxido de hidrógeno.

Aun así, una joven empresa francesa, se dedica al reciclado de una gran parte de las mascarillas desechables, pasando los artículos por una cuarentena, triturándolas y desinfectándolas bajo una luz ultravioleta. Posteriormente, mezclan el resultado con un material aglutinante y obtienen un material que permite fabricar objetos de plástico ecológico como viseras o manillas de puertas.

En este caso, la nueva vida de las mascarillas cuenta con un valor añadido.

El resto de mascarillas no cuentan por lo visto con esta propiedad de poder reutilizarse y convertirse en otra cosa. Los materiales con los que se confeccionan, tardan entre cuatrocientos y quinientos años en descomponerse. De ahí la recomendación de deshacerse de ellas de forma inmediata tras su uso. No pueden ser eliminadas en el contenedor de la basura común, por lo que hay que depositarlas en el contenedor especifico para este tipo de desperdicio.

Ahora bien, ¿cuál es el contenedor o recipiente adecuado? Al contrario de lo que sucede con los materiales reciclables como el plástico, los envases o el vidrio, las mascarillas deben depositarse en el contenedor de restos, es decir el de color naranja o gris. Vamos que, en realidad, no es tan complicado. Cabía esperar que hubieran diseñado un contenedor nuevo y especifico para este uso, pero no. Pues como ya decíamos párrafos atrás, lo cierto es que las mascarillas, no son un invento nuevo en la sociedad y su desechado siempre ha sido el mismo: resto de residuos para su posterior destrucción o trituración.

La cuestión más importante, es sin duda la cantidad de toneladas de mascarillas que se han ido acumulando desde la pandemia. Los materiales, no reciclables y la poca durabilidad que ofrece este artículo en particular, deberían pasar una nueva revisión para que se confeccionen en materiales mas sostenibles o no sean de usar y tirar al uso. Se trata de un artículo altamente contaminante debido a su largo tiempo de descomposición.

Confiemos en que la tecnología avance en este terreno y aunque lo ideal sería que no hubiera más pandemias que obligaran a utilizar mascarillas y, si vuelve a darse esta circunstancia, que las mismas, no sean tan contaminantes.

Encontrar materiales más sostenibles y fácilmente reciclables para confeccionar mascarillas que protejan por igual frente a la contaminación aérea, debería ser una prioridad, por lo que pueda pasar.

 

 

 

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