Si hay un producto que es típico de un país como el nuestro, ese es el vino. En efecto, España tiene varias de las mejores tierras del mundo para cultivar y producir esta deliciosa bebida y para dotarle, además, de una variedad como la que muy pocos países tienen a su alcance. El nuestro siempre ha sido un país propicio para vivir del vino y la verdad es que son muchas las personas que, en los momentos que corren, lo hacen. Es lo que tiene la apuesta por la calidad, que nunca falla.
El simple hecho de que en España sea tradicional el cultivo de vino hace que este producto esté presente en buena parte de la gastronomía española, lo que hace que haya un consumo bastante alto de este producto y que de este modo se genere una buena cantidad de ingresos en lo que tiene que ver con este sector. Todo forma parte de un ciclo que, si se cierra, otorga bastantes beneficios (económicos y sociales) a nuestra tierra. Por eso siempre hay que tener en consideración al vino nacional ante otro tipo de caldos que puedan llegar desde otros países.
Nuestro país es, además, una referencia en lo que tiene que ver con la exportación de este producto. Así lo dice una noticia que, en abril del 2018, fue publicada en la página web de El País y que apuntaba que España lidera la exportación mundial de vino gracias a sus bajos precios. Y es que, mientras que en Francia estaban exportando el litro a 6 euros, aquí en España lo estábamos haciendo a 1’25. La relación entre calidad y precio que podemos ofrecer nosotros es, en definitiva, bastante mejor que la que obtienen los franceses. Ese es el secreto del éxito del vino español.
Pero, cuidado, que no todo es exportación. Echemos un vistazo al dinero que nos dejamos los españoles en la compra de vino cada año. Según otra noticia, que en este caso fue publicada por el portal web especializado en vino Vinetur, este gasto es de unos 1.000 millones de euros al año, lo cual pone de manifiesto la tremenda predilección que existe por el vino nacional en España y la muy buena valoración que le damos los habitantes de este país al vino que en el interior de nuestras fronteras se produce año a año.
En todos los negocios de hostelería de este país se compite por disponer del mejor vino. Es algo normal teniendo en cuenta que buena parte de los clientes habituales de este tipo de establecimientos consumen vino diariamente. Pero el secreto para fidelizar a esos clientes no siempre es el vino, sino también todo lo que envuelve a su presentación. Disponer de una buena vinoteca es una excelente opción para potenciar este punto. Y, en ese sentido, también empiezan a competir los hosteleros. Así es como nos lo han contado los profesionales de una entidad como Vicave, especializada en la venta de este tipo de objetos que tan valorados se encuentran a día de hoy.
Objetos de deseo también de los particulares
Pero está claro que los españoles no solo consumimos vino en el bar o restaurante. También lo hacemos en casa. A mucha gente le gusta hacerlo. Y también es aquí donde podemos hacer gala de una buena vinoteca. Cada vez son más las personas a las que les gusta disponer de una en su vivienda y así poder presumir de la variedad de botellas de vino de las que dispone. Estamos convencidos de que muchas de las personas que estáis al otro lado de la pantalla o bien conocéis a alguien que disponga de una vinoteca o bien vosotras mismas tendréis una.
A fin de cuentas, está claro que no solo el sabor de un producto puede hacer que todo el mundo se encuentre interesado en él. Es algo que hemos ido aprendiendo con el tiempo y que poca gente duda en los tiempos en los que nos encontramos. La presentación de ese producto es algo que también es muy importante a la hora de que la gente lo tenga en cuenta para futuras compras. Y esto, como es lógico, no ocurre solo con todo lo que rodea al vino. Pasa con cualquier tipo de producto.
El vino seguirá siendo, con diferencia, uno de los productos más comerciales y mejor vendidos de la gastronomía española. Todos y todas lo sabemos. Por eso, todo lo que tenga que ver con su industria será importante para hacer que su imagen siga creciendo y para que, desde el exterior de nuestro país, también sigan demandando nuestros caldos. Porque son este tipo de cosas las que, en resumidas cuentas, nos hacen estar orgullosos de vivir aquí y de que nuestras raíces estén conectadas, de algún modo, con todo lo que tenga que ver con este producto.