Los dientes constituyen una parte fundamental de nuestra salud y de nuestro bienestar. Imaginaros cómo sería vuestra vida si continuamente tuvierais que estar enfrentándoos a problemas de salud bucodental, a todo tipo de dolores y molestias en esta parte del cuerpo. Estamos hablando de dolores que suelen ser bastante agudos y que van a provocar que nuestro día a día sea no solo un poco más difícil, sino mucho más complicado de lo que teníamos pensado. Creemos que es rentable cuidar de la salud de nuestra boca invirtiendo un poco de tiempo cada día en ella en lugar de tener que soportar las consecuencias de no realizar esos cuidados. ¿Estáis con nosotros?
A veces, es cierto que, por motivos ajenos al cuidado que hacemos de nuestros dientes, podemos presentar algún problema. Puede darse la situación de que los dientes crezcan de manera irregular y que eso nos provoque dolores y molestias tan grandes como los que estamos indicando en el primer párrafo. Como es lógico, hay que intervenir en este tipo de situaciones porque no va a ser fácil tener que enfrentarse a esto. Da lo mismo que seamos más mayores o más jóvenes: hay que poner toda la carne en el asador para no tener que sufrir las consecuencias de ese crecimiento irregular que puede presentarse con independencia de cuál sea nuestra edad y los cuidados bucodentales que hayamos llevado a cabo a lo largo de nuestra vida.
Cuando el crecimiento y desarrollo de los dientes no es el adecuado, existe la necesidad de poner brackets en la boca. Seguramente hayáis sido muchas las personas que habéis pasado por esta situación… o, como mínimo, habréis tenido contacto directo con algunas personas que los haya poseído. Es algo que no resulta extraño y que, si bien es más común en gente joven, también puede darse entre personas de mediana edad. No es una situación fácil encontrarse así. Tendemos a pensar que los brackets afectan a nuestra imagen y que, además, nos dificultan a la hora de hablar o ingerir alimentos. Pero os aseguramos que es una solución eficaz al problema que presentamos.
Una vez que nos han puesto brackets, tenemos que hacer un gran esfuerzo para cuidar de ellos. Hay que tener en cuenta que, cuando nos los ponemos, nos enfrentamos a una situación completamente nueva y en la que no acumulamos absolutamente nada de experiencia. Es conveniente que alguien nos ofrezca una guía sobre cómo cuidar de este tipo de aparatos porque ese cuidado va a tener una influencia en su mantenimiento y también en la comodidad que tengamos cuando lo llevemos puesto. En la clínica Blanc no se limitan solo a poner estos brackets, sino que llevan tiempo ofreciendo consejos y escribiendo artículos en distintos medios para cuidar de ellos y garantizar nuestra calidad de vida. Vamos a ver cuáles son sus recomendaciones.
- Una de las cosas más interesantes tiene que ver con partir la comida en pequeños trozos en lugar de hacerlos grandes.
- No consumir alimentos que sean pegajosos, como puede ser el caso de las chucherías, ayudará en esta misión.
- Usar cepillos interproximales y cepillos especiales para ortodoncia.
- También es importante que usemos colutorios especiales para ortodoncia y dentífricos que lleven flúor para evitar la aparición de la caries en nuestra boca.
- El uso de irrigadores bucales será importante para evitar que haya restos de alimentos que permanezcan en nuestros dientes.
- Este consejo vale para todo el mundo: cepíllate 3 veces al día y no tardes demasiado después de las comidas.
- Si se te despega un bracket, pide una cita lo más rápido posible.
Es evidente que, cuando tomamos estas medidas, ganamos enteros para que la salud de nuestra boca y nuestro bienestar puedan formar parte de nuestro día a día. Sabemos que es complicado tener en cuenta, prácticamente de un día para otro, una cantidad de cosas tan grande. Pero lo cierto es que todas las personas que se encuentran en una situación como esta terminan acostumbrándose a esta nueva realidad. Ni que decir tiene que esto va a tener una influencia tremenda a la hora de no tener molestias en la boca y para corregir todos esos problemas que nos han llevado a la necesidad de tener que ponernos brackets.
Es especialmente importante que vigilemos el cumplimiento de todas las cosas que hemos mencionado para el caso de los menores, especialmente si todavía son niños o niñas y ni siquiera han llegado a la adolescencia. Cuando estamos en una etapa así, lo lógico es que no nos demos cuenta de que todo lo que hemos mencionado gira en torno a cuidar de nuestra salud y a mejorar el estado de nuestra boca. Solemos quejarnos de ello y apenas podemos comprender por qué tenemos que llevar brackets durante tanto tiempo. La labor de los padres y madres es hacer posible no solo que lo comprendamos, sino de que también seamos responsables y cumplamos con todas las recomendaciones que nos hayan dado al respecto del cuidado de esos brackets. Cuanto más cuidados estén, más efectivos serán.
Tened en cuenta también que este periodo de la vida al final lo sacamos adelante con menos esfuerzo si somos capaces de adquirir una serie de hábitos. En cuanto nos hemos acostumbrado a esa nueva realidad, se convierte en algo mucho más cómodo para nosotros. Lo hacemos por simple inercia y la verdad es que eso siempre va a facilitar las cosas. En cuanto hemos adquirido un hábito, aumentamos de manera exponencial la cantidad de opciones que tenemos de solventar de manera efectiva el proyecto que tenemos entre manos en lo que respecta a la salud de nuestra boca. Ser constante es una de las cuestiones que más éxito proporciona en lo que tiene que ver con la salud bucodental y tenemos que hacer todo lo que esté en nuestra mano para adquirirlo.
Algunos datos para poner en contexto la cantidad de ortodoncias que hay en España
Vamos a repasar algunos de los datos que tienen que ver con las ortodoncias que se producen en España. El primero de los datos que os vamos a proporcionar fue publicado en la página web del Consejo de Dentistas e indica que el 10% de la población infantil necesitó tratamiento de ortodoncia a lo largo del año 2020. Estamos hablando de menores de 12 años. Y, por cierto, la cifra crece cuando el grupo que analicemos se coloca entre los 12 y los 15 años. No es raro que las personas de estas edades se encuentren en estas condiciones. Si echáis un vistazo a vuestro alrededor, os podéis encontrar perfectamente con una situación así.
Pero es que una ortodoncia sigue siendo necesaria en el caso de muchas personas que ya tienen una edad importante. En un artículo publicado en la página web de Gaceta Dental, se dice que el 25% de las personas que tienen entre 35 y 45 años necesitan ortodoncia. Por tanto, conviene que nadie baje la guardia en ningún momento porque es posible que, a pesar de que hayan pasado sus momentos de juventud más esplendorosos, es posible que se encuentre con esta necesidad de buenas a primeras. Aunque es verdad que hace algunos años no era tan habitual ver a personas de mediana edad con brackets, habréis visto que esto ya se ha convertido en algo que podríamos catalogar como normal.
Hay que tener claro lo que se debe hacer cuando seamos informados de que necesitamos una ortodoncia en la boca, con independencia de cuál sea el momento de la vida en el que nos toque pasar por eso, si es que nos tocara. De las medidas que tomemos y de lo en serio que tratemos este asunto va a depender que nuestra boca recupere la normalidad a la mayor brevedad posible.
Hablamos de un asunto en el que es imprescindible tener algo de paciencia puesto que la recolocación de los dientes es algo que se va a producir poco a poco. Pero va a ser un proceso por el que merezca la pena pasar. En cuanto lo hayamos superado, podremos disfrutar de una vida absolutamente normal y en la que no haya lugar para molestias de ningún tipo en nuestra boca si continuamos cuidando de ella.
Los servicios que se prestan desde las clínicas dentales son más sofisticados que nunca gracias a la evolución que viene siguiendo la tecnología durante las últimas décadas. Hoy más que nunca es posible corregir los efectos que nos han llevado a necesitar una ortodoncia, así que conviene enfrentarnos a este proceso sin ningún tipo de miedo y con la máxima ilusión, una ilusión que viene suscitada por el hecho de saber que tenemos todas las posibilidades del mundo para recuperar la normalidad y dejar de preocuparnos por el crecimiento irregular que se ha producido en lo que tiene relación con nuestros dientes. Por tanto, es hora de ponernos manos a la obra si tenemos la necesidad de acometer arreglos como los que requiere una ortodoncia, ¿no creéis?