Instalar sistemas de energía renovable ya es habitual en las reformas de viviendas

En los últimos años, la forma en que entendemos la vivienda y su relación con el entorno ha cambiado profundamente. Cada vez son más las personas que, al emprender una reforma en su hogar, deciden incorporar sistemas de energía renovable como parte esencial del proyecto. Esta tendencia, que ya no puede considerarse una moda pasajera, obedece a una combinación de factores económicos, ecológicos y sociales que han calado con fuerza en la conciencia colectiva. Instalar soluciones sostenibles durante una reforma no solo es una decisión responsable con el planeta, sino también una inversión estratégica que mejora la eficiencia, el valor y el confort del hogar.

Uno de los principales motivos que impulsa esta transformación tiene que ver con la necesidad de reducir la dependencia energética de fuentes contaminantes y costosas. Con el incremento del precio de la electricidad y los combustibles fósiles, muchas familias buscan alternativas que les permitan tener un mayor control sobre su consumo. En este contexto, la energía solar fotovoltaica se ha convertido en una opción cada vez más accesible. La instalación de paneles solares durante una reforma resulta más sencilla y eficiente, ya que puede integrarse en la planificación estructural y estética del edificio sin necesidad de hacer obras adicionales más adelante.

Además del ahorro económico que puede suponer a medio y largo plazo, las energías renovables aportan una mayor autonomía energética. Gracias a la posibilidad de generar y almacenar energía, algunos hogares pueden incluso desconectarse parcialmente de la red eléctrica o, al menos, minimizar su exposición a las fluctuaciones del mercado. Esta idea de “autoconsumo” no solo representa un beneficio práctico, sino también un cambio de paradigma: el hogar deja de ser un mero consumidor pasivo y se convierte en un actor activo dentro del sistema energético.

Otro factor que ha favorecido esta inclusión en las reformas es el apoyo institucional, puesto que, en muchas comunidades autónomas, existen ayudas económicas, subvenciones o beneficios fiscales para quienes deciden instalar sistemas renovables como parte de una obra de rehabilitación. Estos incentivos han contribuido a que más personas vean viable un proyecto que, hace apenas una década, parecía reservado a quienes disponían de mayores recursos. Además, la normativa urbanística y energética ha empezado a exigir estándares de eficiencia más altos, lo que obliga a adaptar las viviendas a criterios sostenibles si se desea cumplir con la legislación actual y futura.

El factor medioambiental también juega un papel central y la preocupación por el cambio climático y la huella ecológica ha calado especialmente entre las nuevas generaciones, pero también entre propietarios más veteranos que desean contribuir a un modelo de vida más respetuoso con el entorno. Las reformas en el hogar son, en ese sentido, una oportunidad ideal para introducir tecnologías limpias, como la aerotermia, la geotermia o los sistemas de gestión inteligente del consumo. No se trata solo de consumir menos, sino de hacerlo mejor, optimizando cada recurso y reduciendo las emisiones asociadas al mantenimiento de la vivienda.

También es cierto que el mercado inmobiliario valora cada vez más este tipo de reformas, tal y como nos explican desde Crearsur, quienes nos cuentan que una vivienda que ha sido renovada con criterios de eficiencia energética y que cuenta con tecnologías renovables tiene, en muchos casos, un valor de reventa más alto. Además, genera un mayor interés entre compradores conscientes de los costes de mantenimiento y de la responsabilidad medioambiental. Esto convierte a la reforma sostenible no solo en una mejora para quien la habita, sino en una inversión que añade valor tangible al inmueble.

¿Cuáles son los sistemas de energía renovable más habituales en las viviendas?

En la actualidad, los sistemas de energía renovable más habituales en las viviendas son:

  • Paneles solares fotovoltaicos: son los más comunes y convierten la luz solar en electricidad y permiten a los hogares generar parte o la totalidad de su consumo eléctrico.
  • Paneles solares térmicos: se utilizan para calentar agua sanitaria aprovechando la energía del sol. Suelen instalarse en combinación con otros sistemas de calefacción o agua caliente.
  • Aerotermia: extrae energía del aire exterior para generar calefacción, refrigeración y agua caliente. Es muy eficiente y funciona incluso con temperaturas bajas.
  • Biomasa: utiliza pellets o astillas de madera como combustible para calderas o estufas, proporcionando calefacción y agua caliente de forma más ecológica que los sistemas tradicionales.
  • Geotermia: aprovecha la temperatura constante del subsuelo para climatizar la vivienda y generar agua caliente. Es muy eficiente, aunque su instalación es más costosa y requiere obra importante.
  • Minieólica: menos frecuente en zonas urbanas, pero viable en viviendas rurales. Usa pequeñas turbinas de viento para generar electricidad.
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