Sanvital, el prototipo de residencia de ancianos para el futuro

La población española corre un severo riesgo, uno de esos que nunca se ven pero que a la larga es demasiado perjudicial para el correcto y deseable funcionamiento de nuestra sociedad. Ese riesgo tiene que ver con la edad y con todo lo que de ella se desprende. España es un país que no sólo está envejecido en la actualidad, sino que además presenta un futuro más que preocupante en este sentido. La generación del ‘Baby Boom’, esa que llegó al mundo durante las décadas de los 60 y 70, está apenas a una década de alcanzar la edad de jubilación. Y los problemas derivados de ello van mucho más allá del pago de las pensiones en el futuro.

Es evidente y es lógico que el principal foco de preocupación sea ese, el de quién va a pagar semejante cantidad de pensiones teniendo en cuenta el precario nivel de trabajo en el que se encuentra sumido nuestro país. Pero ese análisis está haciendo que queden por detrás otros que también son de una importancia tremenda para la salud y la vida de nuestros futuros (y actuales) mayores.

Uno de ellos es el que responde a la siguiente pregunta: ¿tiene nuestro país las instalaciones y los medios suficientes como para ser capaz de atender a esa ingente cantidad de ancianos que España va a tener dentro de dos décadas? La respuesta es, probablemente, no. Buena parte de las residencias de ancianos hacen lo que pueden, pero pocas presentan un espacio óptimo para que una persona mayor pueda desempeñar su vida con la comodidad de la que se supone que debe ser provisto.

Eso explica el francamente decepcionante grado de felicidad que alcanzan las personas mayores mientras viven en una residencia de ancianos. Ese es el motivo por el cual muchos de los internos lo catalogan como una especie de cárcel. Y eso no es ni justo, ni humano. Efectivamente, nuestro país tiene muchas cosas que mejorar si quiere asumir esa cantidad de personas con una edad superior a los 65 años que tendrá para 2035.

¿Qué es lo que explica que los ancianos no sean felices en las residencias? En primer lugar, que el derecho a la intimidad en la inmensa mayoría de estos centros está prácticamente restringido. En segunda instancia, tiene mucho que ver la escasez de personal que presentan muchos de estos lugares y que es la principal causa por la cual hay un buen número de ancianos desatendidos. Las empresas del sector, por lo general, son bastante rácanas en este sentido y deben efectuar una necesaria inversión en personal y en la mejora de sus instalaciones. Sanvital es un ejemplo de cómo llegar a ese punto es hoy más posible que nunca.

Sanvital se ha caracterizado por ofrecer a los ancianos un servicio completamente revolucionario en el sector. Este consiste en, simplemente, tener la posibilidad de hacerse con apartamento tutelado dentro de la propia residencia. ¿Qué ganan las personas mayores con ello? Grandes dosis de intimidad y, en definitiva, algo más de libertad. La única condición para tener acceso a un beneficio como tal es la de encontrarse en las condiciones físicas adecuadas como para poder residir en el apartamento. Si se es completamente dependiente, la solución es otra.

Sanvital es también una referencia en lo que a su personal se refiere. Todo el equipo de la empresa está perfectamente preparado para hacer frente a cualquier imprevisto o problema que necesite de una solución urgente. La apuesta por una profesionalidad extrema es otro de los factores que caracterizan y diferencian a Sanvital del resto de empresas que son de su competencia.

Con el tiempo en contra

Por desgracia, no todos los centros de mayores han realizado el mismo trabajo que Sanvital. En muchos casos porque no disponen del suficiente montante económico como para realizar una inversión así. Pero lo cierto es que el reloj corre en contra de los españoles y de su felicidad en el futuro. En la sociedad en la que vivimos, los hijos ya no pueden hacerse cargo de los padres eternamente. Las residencias son entonces la única solución para tratar de que tengan la atención que merecen… y en muchas de ellas los ancianos no demuestran ser felices.

En algún momento el Estado tendrá que intervenir. Con las condiciones con las que se trabaja en la actualidad será completamente imposible satisfacer de un modo correcto la demanda de asilo para mayores en el futuro. Por suerte, ya hay quien está haciendo bien las cosas. Y es que Sanvital ya se ha convertido en todo un ejemplo para el resto del sector.

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