En 2020, el último año del que se tienen datos, 119.853 personas murieron por causa cardiovascular, lo que supone un aumento de casi el 3% respecto a 2019. La verdad es que no somos conscientes de la importancia que tiene nuestro pobre corazón en nuestra salud. Y nosotros tenemos que tratarle bien. Ahora bien, si no lo hacemos ya están algunas personas que se dedican a hacerlo. En concreto, las clínicas dentales.
Entre 1994 y 2022, el crecimiento en el número de dentistas ha sido del 205%. Actualmente, hay más de 40.000 dentistas en nuestro país (uno por cada 1.171 habitantes) y cada año se gradúan 1.750 nuevos profesionales. En los últimos años, la profesión se ha feminizado y el 60% son mujeres.
La densidad de dentistas por 100.000 habitantes es de 85 (igual que en Alemania), pero estas cifras no son comparables si previamente no se ajustan al nivel de demanda asistencial bucodental. España es uno de los países de la UE donde menos se acude periódicamente al dentista (entre el 47-50% lo hace anualmente), lo que sitúa a nuestro país en 35 puntos por debajo de Alemania, por ejemplo. La densidad ajustada de dentistas/población en España es el doble de la de los países de nuestro entorno, solo superada por Estonia, Bulgaria, Portugal y Grecia.
Como nos indican desde Consejo de Dentistas, la evidencia científica confirma que una mala salud oral aumenta el riesgo de sufrir patologías cardiovasculares. Se ha comprobado que la pérdida dentaria, indicador del deterioro bucodental como resultado de la caries y de la enfermedad periodontal, se relaciona con un mayor riesgo de sufrir insuficiencia cardiaca, patología ateroesclerótica (acumulación de grasas, colesterol y otras sustancias dentro de las arterias) y mortalidad por causa cardiaca.
Según se recoge en el Atlas de Salud Bucodental en España, la enfermedad periodontal está asociada a enfermedades sistémicas, como la diabetes, las enfermedades cardiovasculares, las enfermedades respiratorias y algunas complicaciones durante el embarazo. Las bacterias son la causa principal de esta enfermedad. “Las bacterias orales que pasan al torrente sanguíneo pueden generar una respuesta inflamatoria en el organismo, dañando la pared de las arterias y facilitando la formación de placa que tapona las arterias y deriva en enfermedades cardiovasculares”, explica el presidente del Consejo General de Dentistas, el Dr. Óscar Castro Reino.
Desde Consejo de Dentistas, que aglutina a muchas clínicas dentales de España, nos recomienda una dieta saludable, baja en azúcar, sal y grasas, contribuye a reducir el riesgo de enfermedades bucodentales, obesidad, diabetes, enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades no transmisibles. Algunas de las medidas que se recogen en el Atlas de Salud Bucodental en España para conseguir este objetivo, incluyen:
- – Restricción para los productos alimenticios no saludables, prohibiendo su consumo en el ámbito escolar.
- – Regulación de la publicidad de este tipo de productos, así como la regulación de su etiquetado para facilitar la elección debidamente informada de los alimentos.
- – Promover la lactancia materna siguiendo las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud para mejorar la nutrición y el crecimiento.
- – Promocionar los productos naturales y locales con buenos valores nutricionales sobre el uso de alimentos procesados.
Además de seguir una dieta sana, hay que tener una correcta higiene bucodental para eliminar la placa, cepillando los dientes durante dos minutos, al menos, dos veces al día, con pasta dentífrica fluorada y utilizar seda o cepillo interdental. También es importante acudir a revisiones periódicas al dentista -quién detectará cualquier patología oral e indicará el tratamiento adecuado-, así como evitar otros factores de riesgo como el alcohol y el tabaco.
“Para poder aspirar a una salud bucodental óptima en España se requiere, sin demora, la adopción de una serie de transformaciones importantes de índole sanitaria, política, legislativa y organizativa”, ha explicado el Dr. Castro. En el ámbito sanitario se apuesta por priorizar aquellas acciones encaminadas a la promoción y prevención de las principales patologías bucodentales, porque solo reduciéndolas se conseguirá una óptima salud bucodental.
En el ámbito político y legislativo, los esfuerzos deberían centrarse en una mayor defensa de los pacientes frente a determinados riesgos, como la publicidad sanitaria engañosa o la necesidad de una nueva Ley de Sociedades Profesionales. También debería reflexionarse sobre los problemas y riesgos asociados a la plétora de los dentistas y legislar sobre las especialidades dentales.
Ahora ya somos conscientes de la importancia que tiene en España las clínicas dentales, esas empresas que nos ayudan a tener una vida sana.