Que España es un país de emprendedores es algo de lo que ya nadie puede dudar. No en vano, y según informó un artículo publicado en la página web de El Economista el 31 de julio del año pasado, el número de empresas existentes en nuestro país aumentó un 1’4% durante el año anterior, algo que permitía que el número de empresas totales que se hallan en el interior de nuestras fronteras sea aproximadamente de 3’3 millones, haciendo posible que 2016 fuera el tercer año consecutivo que experimentaba subidas en este sentido. El sector servicios copaba la cabeza en lo que se refiere a los sectores de actividad casi con el 60% del total de empresas.
Está clara una cosa: que la inmensa mayoría de empresas que existen en nuestro país son pequeñas y medianas empresas, algo que también es necesario pero que, a pesar del alto volumen de empresas españolas, no impide que existe una tasa de paro que sigue siendo una de las principales preocupaciones de todos los españoles. La mayoría de empresas apenas llegan a los 10 empleados. Muchas no llegan ni a 5. Otras están constituidas por tan solo una persona.
Resulta especialmente interesante describir cómo comienzan estas empresas a operar y cómo sobreviven teniendo a tan poco personal entre sus filas. El volumen de trabajo puede llegar a ser inmenso a pesar de las escasas personas que trabajen para una entidad. No son valores que circulen de manera directamente proporcional. De ahí que muchas de esas pequeñas y medianas empresas tengan que apostar por los servicios de otras entidades para arrancar con su actividad y también de cara al día a día.
Procedamos a enumerar la cantidad de labores que debe tener en consideración la plantilla de una empresa y que no están directamente relacionadas con su actividad. La primera es saber qué requisitos legales se necesitan para la constitución formal de la entidad, a lo cual sigue una buena nómina de asuntos: asesoría en materia fiscal, asesoría en materia laboral, asesoría contable, gestoría… Cada uno de estos apartados conlleva a su vez una gran cantidad de labores. En conclusión, es imposible atender todo si no se cuenta con la ayuda suficiente y preparada para ello.
En el artículo que hemos citado anteriormente de El Economista decíamos que durante los últimos años ha crecido el número de empresas y hay una manera muy eficaz que demuestra que el periodista que lo redactó se halla en lo cierto: que una entidad como Trámites Fáciles Santander haya aumentado el número de sus clientes en los últimos años. La inmensa mayoría de ellos son entidades de nueva creación cuyo principal objetivo ha sido el de darle un poco de aire fresco a varios sectores de nuestra economía e impulsar a la misma.
Esto ha propiciado un aumento de la competencia en diferentes sectores de actividad de nuestro país, algo que es realmente necesario para los consumidores teniendo en cuenta que existen una relación inversa entre la competencia y los precios. El poder adquisitivo de los consumidores aumenta como consecuencia de ello y, cuanto más alto es este, más está dispuesto a comprar el ciudadano. En efecto, la competencia siempre es positiva porque incentiva el hecho de ser mejores en nuestro trabajo.
Datos que podrían ser mejores
Habría que preguntarse si España se conforma con que haya crecido el número de empresas nacionales en un 1’4% en el último año. A priori el dato es positivo y así lo hemos tratado en este artículo. Pero, ¿podría ser mucho mejor? La realidad es que así es. Hay muchas personas en nuestro país que tienen buenas ideas y buenos proyectos empresariales, pero que no siguen adelante como consecuencia de la enorme burocracia que hay que activar para constituir una sociedad. Hacer la burocracia menor es cosa de políticos. Desde el ámbito empresarial a lo que se debe aspirar es a proporcionar servicios entre empresas para no hacer tan prohibitivos estos trámites.
Para que la economía española continúe creciendo es necesario que las empresas nacionales continúen creciendo y que el número de las mismas también vaya hacia arriba. Es imprescindible que desde las administraciones públicas se pongan todos los medios para hacerlo posible, pero parece que esa ayuda no va a llegar en concepto de una reducción de la burocracia.