En un mundo tan globalizado está claro que hay que apostar por el gigante. Y en estos momentos el gigante ya no es Estados Unidos, ni Rusia, ahora mismo el gran gigante de los negocios es China. Lo es por población y por oportunidades de mercado. Vamos a hacer un pequeño análisis de la situación en la que se encuentra el país oriental, que ha pasado de ser el centro de todas las risas (por las famosas tiendas de chinos de todo a cien) a ser el nicho donde todos intentan rascar algo.
China tiene una población de 1.412.547.000 personas, y un porcentaje bajísimo de inmigración, es el país más poblado del mundo 147 habitantes por Km2. Su capital es Pekín y su moneda Yuanes chinos. Actualmente es la segunda economía del mundo por volumen de PIB. Su deuda pública en 2022 fue de 13.241.214 millones de euros, es el segundo país por volumen de deuda, con una deuda del 77,1% del PIB. Su deuda per cápita es de 9.374 € euros por habitante. La última tasa de variación anual del IPC publicada en China es de noviembre de 2023 y fue del -0,5%. Con estos datos sobre la mesa está claro que es una buena oportunidad de mercado. Sobre todo por el tema de población. Si vivimos en una ciudad de 1.000 habitantes, tenemos 1.000 oportunidades de vender nuestros productos, si estamos en una ciudad de más de 10 millones de personas, pues tenemos 10 millones. Y esto es algo que se puede conseguir gracias a Internet, ya que ahora nuestra tienda es como si estuviera abierta 24 hora al día durante 365 días.
Por eso es el momento de saber si emprender en China es una gran idea o es una misión imposible. Han sido muchos los empresarios que han apostado por el sector del comercio minorista en España y que luego han querido abrir sus horizontes hacia la tierra del sol naciente. Sin embargo, las ganas de crecer surgen en seguida y llega el momento de la posibilidad de expandir su negocio hacia el mercado chino. Somos muchos los que hemos escuchado que China es un país con un gran potencial de crecimiento y una economía en constante desarrollo, como hemos podido ver en los datos económicos previos.
Eso sí, para atacar el mercado chino lo que hay que hacer es realizar estudios de mercado. Y si una vez surge la idea, es el momento de viajar a China para establecer relaciones comerciales. Aunque pueda sonar a viaje extraño, si queremos invertir en este país, lo que tenemos que hacer es pisar su suelo. Una vez en el país, tenemos que reunirnos con empresarios chinos del sector que queramos atacar. Rápidamente nos vamos a dar cuenta de que el potencial de negocios es enorme. Y es que ahora mismo China es un mercado con una demanda creciente de productos de consumo y con un poder adquisitivo en constante aumento.
Relaciones comerciales exitosas
El establecer relaciones comerciales con China tenía varios pros que rápidamente nos vamos a dar cuenta. Por un lado, tienes acceso a un mercado mucho más grande que el de España, lo que representa un gran potencial de crecimiento para tu empresa. Ya sabes lo de los habitantes y las oportunidades. Además, los costos de producción en China son mucho más bajos que aquí, lo que te permite aumentar los márgenes de beneficio, y esto es algo fundamental para ver crecer un negocio. También se puede aprovechar la mano de obra barata para producir grandes cantidades de productos y satisfacer la demanda del mercado local.
Además, ahora mismo todo ha cambiado y son muchas las empresas de transportes que están en contacto con el mercado chino. Como nos indican desde Star Cargo pueden ayudarnos a gestionar las importaciones de estos productos desde China, se pueden comprar, por ejemplo, por Alibaba o directamente a los proveedores. Y luego esta empresa se encarga de recogerlos en el almacén del proveedor y llevárselos al tuyo. Ahora todo es mucho más fácil.
Las contras de negociar con China
Sin embargo, también podemos identificar varios ‘contras’ en hacer negocios con el gigante asiático. Por un lado, la distancia geográfica y las diferencias culturales podían dificultar la comunicación y la coordinación con los socios comerciales chinos que podamos tener. Además, las leyes chinas y regulaciones comerciales son muy diferentes a las de España, lo que significa que tenemos que invertir tiempo y recursos en comprender el sistema legal chino.
A pesar de los desafíos y obstáculos que hemos podido ver, estamos convencidos de que los beneficios de hacer negocios con China superan con creces las dificultades. Por eso, son muchas las empresas nacionales que han decidido establecer una oficina en China y comenzar a producir y vender sus productos en este mercado que es tan apetitoso. Con el tiempo, nos podemos convertir en una referencia y nos vamos a dar cuenta que lo de hacer negocios con los chinos, es una idea muy acertada.