En el titular os lo hemos puesto bastante claro y es que muchos de nosotros perdemos cada día de nuestras vidas decenas de minutos o incluso horas buscando donde aparcar para poder ir al trabajo, a nuestra casa, a comprar, a dar una vuelta… Es un mal que sufrimos día a día y que no solo nos pone de mala leche, sino que también hace que consumamos más gasolina, perdamos el tiempo e incluso contaminemos más.
Es por todo ello por lo que cada vez somos más las personas que queremos dejar atrás esta mala práctica y esta pérdida de tiempo y preferimos meter el coche en un buen aparcamiento vigilado y es que si nos paramos a pensar, lo cierto es que acabaremos pagando lo mismo que si tenemos que poner un ticket, pero entre las ventajas que nos encontraremos tenemos, entre otras, que nos olvidamos de la pérdida de tiempo, de contaminar y del cabreo. Pero estas no son las únicas ventajas ya que, entre otras, se encuentran:
- Seguridad del vehículo. Aparcar los coches en la calle significa exponerlos a varios problemas de seguridad. La mayoría de los conductores suele frecuentar siempre las mismas zonas, así que es fácil para los ladrones de poca monta o para los más organizados “fichar” los vehículos. Sobre todo, en el caso de coches de gama alta, los delincuentes suelen monitorizar los movimientos de las marcas que mas les interesan y pueden llegar a conocer al dedillo los horarios y costumbres del conductor. Este tipo de robos es lo primero que se evita si se usa un parking privado vigilado tal y como nos recuerdan los amigos de Orbit parking . Pero este no es el único problema de seguridad, ya que el vandalismo también afecta a los coches aparcados en las vías públicas. Gamberros que hacen pintadas, que roban antenas, tapacubos, que rayan la carrocería o arrancan distintivos también son viejos conocidos de los conductores que aparcan fuera.
- Buen estado del vehículo. Dependiendo de la zona en la que vivamos, el clima es más o menos benigno. Los días de mucho calor, subirse en el coche después de que le haya estado dando el sol puede ser una auténtica tortura, pero no hablamos solo de comodidad, ya que dejar el coche en un parking vigilado y cubierto durante la noche, sobre todo en invierno, evita que el vehículo sufra cambios bruscos de temperatura que pueden afectar a su funcionamiento a largo plazo. Sin embargo, lejos de acabar aquí los problemas, lo cierto es que, en las zonas cercanas al mar, las carrocerías sufren más y pueden verse afectadas, por lo que aparcar en un parking suaviza o elimina por completo este tipo de inconvenientes y aumenta el tiempo de vida de un coche.
- Seguridad para las personas. Aparcar en la calle supone que, para dejar las cosas en el maletero si se ha ido de compras, hay que abrir el coche en público. No podemos evitar exponernos tanto nosotros como nuestras pertenencias cuando esto sucede y esto se traduce en que es un momento de debilidad que posibles ladrones pueden utilizar para robarnos el bolso o lo que hayamos comprado. No es un tipo de robo frecuente, pero sucede, sobre todo en las grandes ciudades, por lo que merece la pena ahorrarse el susto utilizando un aparcamiento privado.
El ahorro de tiempo y de combustible también es importante en un buen aparcamiento
Hay lugares en los que resulta imposible aparcar. Los centros de grandes ciudades y las zonas muy turísticas son los más evidentes. Ir a la playa y dar vueltas durante horas buscando una plaza libre significa que perderás un montón de tiempo y lo más probable es que termines dejando el coche lejísimos. Con ello, lo que habrás conseguido será ponerte de mal humor, estropear un bonito día en familia y haber gastado un montón de dinero en gasolina, por no hablar de las emisiones de Co2. Pero esto no es lo peor, ya que en la ciudad estos inconvenientes se multiplican. Los semáforos hacen que tanto el tiempo como la gasolina que se emplean en dar vueltas sean más y a veces, hartos ya de dar vueltas, dejamos en coche en un aparcamiento exterior y pagamos el precio establecido por el ayuntamiento correspondiente. No es extraño que este precio sea incluso más alto que el de un parking vigilado al que hay que sumar, además, que hay un límite temporal que no permite dejar el coche más de cierto tiempo en la misma zona. Pero no solo eso, sino que si además tienes problemas de movilidad reducida, encontrar aparcamiento en la calle se convierte en una tarea imposible. A pesar de las multas, muchos son los conductores que ocupan las plazas de discapacitados. Lo que significa que, incluso si encuentras sitio para tu coche, puede que no puedas usarlo porque no podrás bajar de él. Por la contra, un parking vigilado elimina de raíz estos problemas: siempre sabes si hay plazas libres cuando entras, así que no pierdes ni tiempo ni dinero y lo cierto es que suele haber más plazas para discapacitados que en la calle.