La pizarra, un material que, en construcción, equivale a sostenibilidad

Vivimos en una era en la que el marketing goza de una importancia más grande que en ningún otro momento de la Historia. Siempre ha sido importante dar a conocer la actividad que desempeña una empresa y las ofertas con las que cuenta. Pero es cierto que ahora tenemos más medios que nunca para hacerlo posible. A todos los que ya se conocen (la prensa, los anuncios en televisión o las cuñas de radio) se han unido todas las nuevas herramientas digitales de las que podemos hacer uso y que nos permiten, además, medir los resultados que está obteniendo una determinada campaña.

Yo soy una de las personas que ha tenido eso más en cuenta por el hecho de que me dedico profesionalmente a este tema desde hace años. Es verdad que el marketing que existe a día de hoy no es el mismo ni mucho menos que el que existía cuando yo estudié en la universidad esta materia, pero lo cierto es que he sabido adaptarme a los cambios y ese es el motivo por el que sigo trabajando y aprendiendo en una conocida constructora. No me puedo quejar porque tengo bastante trabajo y gozo de la confianza que han depositado en mí los mandos de mi empresa.

El sector en el que se encuadra mi empresa tiene una serie de objetivos que necesitan ser cumplidos. Por un lado, es necesario ofrecer la sensación a las personas de que lo que se está levantando es una serie de edificios y viviendas de primera calidad. Por el otro, es necesario que esta actividad vuelva a tener la imagen de la que disponía a principios de este siglo, una imagen que se devaluó de manera ostensible cuando llegó la crisis económica de 2008 y la economía española se vino abajo como consecuencia de que la construcción perdió todo el fuelle del que disponía.

Para conseguir esos objetivos, nuestra empresa ha jugado con un elemento que le está valiendo para convertirse en una de las principales referencias del sector. Se trata de un material que hace de las viviendas algo mejor, mucho más cómodo para sus futuros habitantes y también más seguro. Hablo, como no podía ser de otra manera, de la pizarra, que es una de las grandes animadoras del mercado de la construcción español en los últimos tiempos. Y es que es un elemento que, además de hacer la vida en el hogar más cómoda y segura, también hace posible que la vivienda sea más bonita y llamativa.

España tiene la gran suerte de que es uno de los países del mundo que cuenta con mayores reservas de pizarra. Hay países, como lo puede ser el Reino Unido, que ya han agotado todas sus reservas y que ahora tienen la necesidad de importar las cantidades de pizarra que necesitan. Nuestro país se encuentra en la situación contraria y, de hecho, según una noticia que os enlazo a continuación y que procede de la página web Focus Piedra, el sector de la pizarra de nuestro país ingresó la nada despreciable cifra de 324 millones de euros en 2021, una cantidad que ha ido en aumento desde entonces y que todavía tiene un amplio margen de mejora en el interior de nuestras fronteras.

Parece lógico, por tanto, que constructoras como la mía hayan decidido depositar su confianza en productos como estos. Y es que no es para menos teniendo en cuenta lo que ayudan a conseguir. La pizarra es uno de los materiales más resistentes de todos cuantos podemos utilizar a la hora de construir edificios y viviendas y es uno de los materiales que, además, permite que podamos garantizar un mayor aislamiento térmico y acústico. No cabe la menor duda de que eso va a generar una más que interesante contribución a un medioambiente que necesitamos cuidar más que nunca si queremos que la vida siga siendo lo que es a día de hoy.

Hablamos de una cuestión que es necesaria a todas luces. Necesitamos construir edificios que no tengan que depender en exceso de una calefacción o de un aire acondicionado que ya sabéis que genera una contribución muy negativa al cuidado del medioambiente. Debemos hacer todo lo posible y tenemos que intentar que construcciones como las de pizarra, que ya sabéis que son habituales en lugares fríos (de ahí que protejan especialmente de la temperatura exterior), se conviertan en algo más habitual en todas nuestras ciudades y pueblos.

Hay una máxima en el mundo de la sostenibilidad y pasa por el hecho de que la mejora de la salud del planeta empieza por mejorar los edificios en los que vivimos. Y una de las maneras de hacerlo posible es apostar por edificios y viviendas construidos, al menos en parte, con pizarra, que necesitarán menos suministros para garantizar los distintos tipos de aislamientos. La empresa constructora para la que trabajo lleva años haciendo importantes esfuerzos para que así sea y apuesta por las pizarras que obtienen en Ardoises D’Espagne, que es el secreto del éxito de los edificios que estamos levantando y que ya han sido catalogados como los mejores que se están levantando en España. Y yo, como momento del departamento de marketing de la constructora, estoy haciendo todo lo posible por promover ese estilo de vida que es posible alcanzar en este tipo de viviendas en las que la dependencia de los suministros no es tan grande como en las viviendas antiguas, lo que supone un avance interesante en materia medioambiental.

Es evidente que por la construcción de edificios más sostenibles como de los que estoy hablando pasa buena parte del éxito que podamos tener los seres humanos en lo relativo a cambiar las cosas en materia medioambiental. Estamos haciendo grandes esfuerzos en lo que tiene que ver con la eliminación de los combustibles fósiles, la retirada de los plásticos de un solo uso y la proliferación de energías renovables. Y debes seguir siendo así. Pero no nos podemos olvidar es seguir creando edificios que sean sostenibles desde el punto de vista medioambiental. Es una pieza angular en la configuración de la sociedad más respetuosa con su entorno.

España, un país que pretende renovar su parque de viviendas 

Vivimos en un país en el que estamos permanentemente intentando mejorar las condiciones en las que vivimos. Y eso pasa por mejorar los edificios y las viviendas que se van construyendo, ya sea levantando nuevos espacios o rehabilitando los que ya existen. Esa es una de las condiciones indispensables para que todos y todas podamos gozar de una calidad de vida como la que merecemos y que no nos puede ser esquiva.

En una noticia publicada en la página web de El Economista figuran las 8 provincias en las que más se está construyendo en los últimos años. Madrid y Barcelona se sitúan a la cabeza en este ranking, como seguramente todos estábamos esperando. Y determinadas zonas de la costa mediterránea también se encuentran en las posiciones altas de esta clasificación: Alicante, Murcia, Málaga, Valencia o Baleares, a las que se une la provincia de Sevilla, que es una de las más importantes de todo el país y que a buen seguro va a seguir promoviendo la construcción de viviendas a corto, medio y largo plazo.

Estamos en el buen camino, no cabe la menor duda. Y es evidente que España se está mostrando predispuesta a conseguir mejoras en lo que respecta a los edificios de los que están compuestas sus ciudades y municipios. Hay que seguir por esa vía. Las personas necesitan lugares cómodos en los que vivir y es lógico que haya una regeneración en este sentido. No podemos seguir viviendo en las mismas casas y pisos que hace medio siglo sin que ni siquiera hayan experimentado una reforma. No sería cómodo y, lo que es más importante, tampoco sería seguro.

Además, uno de los denominadores comunes que tiene que ver con la construcción de edificios en España es que la pizarra empieza a ser uno de los materiales más solicitados para este tipo de labores. Y no es para menos. Está claro que ha venido para quedarse porque genera una contribución tremenda en todo lo que tiene que ver con la mejora de la calidad de vida en el hogar. Esto es algo que debemos tener en consideración siempre y que, sin lugar a dudas, va a hacer de nuestra felicidad algo mucho más real y alcanzable.

No encontrarnos cómodos y seguros en el hogar es una de las cosas que más infelicidad crea en las personas. Podemos ser infelices en el trabajo, en relación a todas las obligaciones familiares o personales que tengamos de por medio, pero si somos felices en nuestra propia casa, en ese lugar en el que pasamos más horas que en ningún otro sitio, vamos a tener muchos problemas y muchas cosas de las que arrepentirnos, sobre todo por el hecho de que mucha gente tiene a sus hijos e hijas bajo el mismo techo.

 

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