¿Alguna vez habéis pensado en qué tiene que tener una empresa para que realmente nos guste? Es cierto que la respuesta parece bastante evidente al principio, en el sentido de que muchos de nosotros y nosotras valoramos, por encima de todas las cosas, el hecho de que una empresa sea capaz de proveernos de ese producto que tanta falta nos hace o de un servicio de cinco estrellas. Pero, ¿es eso suficiente? ¿Nos vamos a conformar sólo con eso?
Algunas personas no lo hacen. Aunque obtengan de la empresa el producto o el servicio que desean, no les es suficiente. Podrán comprar en esa empresa o confiar en ella para la prestación de un determinado servicio. Pero lo harán porque no existe competencia a su alrededor o por el hecho de que ésta sea muy débil. En el momento en el que aparezca otra entidad que sea mucho más afín a lo que ellos o ellas buscan, no dudarán un minuto en depositar su confianza en ella. El mercado es así. Ya no se trata de ser los mejores. Se trata de ser los mejores y, además, agradar
Uno de los motivos que pueden tener que ver a la hora de agradar a los clientes y de caerles simpáticos es algo tan sencillo y a veces tan involuntario como la procedencia de la entidad. Existen determinados lugares, determinadas ciudades, que tocan el alma y la sensibilidad de la gente. Ciudades que no sólo son especiales a causa de los monumentos que la decoran o de alguno de los eventos que en ella se organizan en un momento concreto, sino que son especiales a causa de la gente que vive en ellas.
Sevilla es, sin lugar a dudas, una de las ciudades de las que estamos hablando. La personalidad y el carácter de los andaluces en general y el de los sevillanos en particular hace posible que muchas de las empresas que tienen su sede social en la ciudad o que trabajan en ella se ganen el beneplácito de los clientes, ya sean turistas o nativos. El departamento de marketing del hotel Mercer Sevilla manifiesta que el motivo de la visita de muchos de sus clientes es precisamente esa personalidad y carácter que convierte a la ciudad en un lugar tan especial. Y es que saber combinar la galantería propia de la ciudad de Sevilla y la exquisitez propia de una franquicia hotelera sólo puede traer buenas críticas y experiencias.
Es el secreto del turismo en Andalucía y en Sevilla
Andalucía y Sevilla son una auténtica potencia en lo que se refiere al turismo en España y eso no sólo se debe a las buenas temperaturas que tiene la ciudad o a la gran cantidad de lugares especiales y monumentos de los que presumen, que no son pocos. También tiene mucho que ver el carisma de sus gentes, que también constituyen un arma de peso para hacer de Sevilla y de Andalucía una auténtica referencia a nivel europeo.
Que el número de turistas haya llegado, según informó el diario ABC Sevilla, a los tres millones y medio durante 2017 en parte es gracias a todo lo que hemos comentado con anterioridad. Eso ha repercutido de manera muy positiva en las pernoctaciones en hoteles de la ciudad, que crecieron durante el año pasado en más de un 5% para llegar a los 6 millones. Una auténtica barbaridad que es la envidia de muchas ciudades españolas.
Andalucía, además, es una experta en batir los récords que están relacionados con las visitas de turistas. Concretamente, en 2017 batió una vez más dicha marca propia al alcanzar los 29’5 millones de visitas. Y no es el único dato positivo, porque la Junta de Andalucía espera llegar a los 30 millones para este 2018, un dato que la Junta esperaba alcanzar no para este curso sino para el de 2020. Es decir, que se desbordan las previsiones de visitas de turistas en Andalucía.
Está claro que disfrutar de una ciudad como Sevilla o de una región como Andalucía no es algo de lo que se pueda presumir todos los días para aquellos que no son nativos de lugares así. El magnetismo de la ciudad y de sus gentes hace posible que todos esos datos que hemos mencionado en los dos párrafos anteriores se convierta en una realidad absoluta, en una realidad que pone a la capital hispalense como uno de los centros turísticos nacionales, europeos y, por qué no, también mundiales.