Es curioso comprobar cómo, a pesar de la influencia que se ha demostrado que puede tener una marca, aún hay empresas que se niegan a adoptar ciertas medidas de marketing por pensar que son innecesarias. Esas empresas, en cierto modo, con como el profesor de la vieja escuela al que se le demuestra con hechos fehacientes que la educación lúdica es más efectiva que la teórica y, a pesar de eso, él prefiere seguir dando clases tipo “conferencia” a sus alumnos de 10 y 11 años. No importa lo mucho que les estampe en la cara la realidad, ellos son fieles a sus métodos.
Actualmente aún hay miles de establecimientos hosteleros y hoteleros, sobre todo pymes y empresas pequeñas, que se niegan a adquirir un uniforme, una ropa de trabajo personalizada con el logo o la marca de la empresa, al considerarlo innecesario.
Tras una encuesta realizada en diversas provincias españolas, se llegó a la conclusión de que casi el 80% de los propietarios de restaurantes pequeños y bares de tapas prefieren indicar a sus empleados que lleven pantalón negro y camisa blanca antes que comprar un uniforme de trabajo con el logotipo de la empresa pues creen que es una pérdida de dinero.
Sin embargo, muchísimos estudios han demostrado que cuando los empleados de la hostelería portan ropa de trabajo adecuada, con el nombre del restaurante serigrafiado en ella, los comensales y clientes en general se llevan muchísima mejor impresión del establecimiento. De hecho, los clientes tienden a pensar en ese restaurante como en un lugar limpio, profesional y de calidad, sólo por el mero hecho de portar uniforme. Lógicamente, si la comida no se adecúa a la calidad mínima exigible o el servicio no es el adecuado, de poco servirá la ropa laboral que lleven o no los empleados, pero la primera impresión sí será la óptima.
Bordamar, una de las empresas fabricantes de ropa de trabajo más conocidas a nivel nacional, asegura que llevar un uniforme adecuado a la imagen que la empresa hostelera quiere proyectar puede marcar la diferencia con la competencia directa consiguiendo la originalidad y creatividad que muchas veces solicita el cliente.
Ejemplo de ello es que los uniformes hosteleros que tienen en su catálogo no son solo aquellos que podríamos ver puestos en camareros de restaurantes caros y lujosos, sino también en camareros de restaurantes familiares, juveniles y divertidos. La imagen de marca que quieres que quede en la retina de tus comesales.
Mucho más que una marca
No obstante, el uniforme no solo trae como beneficio la identificación de una marca o un logotipo, sino también otras ventajas tanto para empleados como para empresarios:
- Protección: puede que en el sector hostelero la protección no deba ser tan rigurosa como podría serlo en el sector de la construcción, pero llevar un mal calzado y estar de pie tantas horas como los camareros han de estarlo podría ocasionar graves problemas de salud. Por eso, un buen uniforme laboral no solo consta de pantalón y camisa, sino también de un buen calzado adecuado al uso que se le vaya a dar.
- Motivación: está comprobado que los uniformes actúan de forma psicológica en las personas. De hecho, quienes los llevan, se sientes impulsados a ser más eficientes y a trabajar con más energía.
- Mejoran la productividad: si nuestros empleados llevan un uniforme cómodo, transpirable y que les permita la libertad de movimientos que necesitan se cansarán menor y, por lo tanto, serán mucho más productivos que llevando ropa menos adecuada.
- Muestra de garantía: el uniforme actúa como una herramienta que le ofrezca una especie de seguro a los trabajadores, sabiendo que la institución debe cubrir y hacerse responsable de accidentes que ocurran en sus estructuras y lugares de trabajos.
En efecto, los uniformes son tan importantes para la empresa como para el empleado y aunque hay muchos sectores en los que no con necesarios, como oficinas o profesores de escuela, en otros tantos pueden ser de gran ayuda. Nuestro consejo es que, si tu negocio es susceptible de usarlos, úsalos: saldrás ganando.